viernes, 10 de febrero de 2017

¿Qué es la Programación Neurolingüística?

Es fácil que el concepto de Programación Neurolingüística genere confusión. ¿En qué se fundamenta? ¿Cuándo se aplica? A continuación quedan explicadas algunas ideas clave para saber qué es la PNL.


¿Qué es la Programación Neurolingüística?

Steve Bavister y Amanda Vickers (2014), definen la Programación Neurolingüística como un modelo de comunicación que se centra en identificar y usar modelos de pensamiento que influyan sobre el comportamiento de una persona como una manera de mejorar la calidad y la efectividad de la vida.
Un problema del PNL es la naturaleza de su nombre, ya que cuando se menciona el término Programación Neurolingüística a personas que nunca han oído hablar de él, la reacción suele ser un poco negativa. Por otra parte, el nombre podría suscitar que estamos ante técnicas empíricas derivadas de la neurociencias, pero no hay evidencias que constaten la eficacia de estas.
Stephen Briers (2012), dice que la PNL no es realmente un tratamiento coherente, sino "una mezcolanza de diferentes técnicas sin base teórica muy clara". Este autor sostiene que la máxima de la Programación Neurolingüística es narcisistaegocéntrica y disociada de las nociones de responsabilidad.
Además, afirma que "a veces tenemos que aceptar y llorar la muerte de nuestros sueños, no solo despedirlos ocasionalmente como cosa intrascendente. El reencuadre de PNL nos pone en el papel de un viudo evitando el dolor del duelo dando un salto hacia una relación con una mujer más joven, sin detenerse para decir un adiós apropiado a su esposa muerta".

¿En qué se centra el modelo de la Programación Neurolingüística?

El mundo se experimenta por medio de cinco sentidos: vista, oído, tacto, olfato y gusto. Mucha información viene hacía nosotros continuamente; consciente e inconscientemente eliminamos aquello a lo que no queremos prestar atención. Nos dicen que la información restante se basa en nuestras experiencias, valores y creencias pasadas. Con lo que nos acabamos quedando resulta incompleto e inexacto, ya que parte de la información general ha sido eliminada, y el resto ha sido generalizado o distorsionado.

¿En qué se basa la PNL?

Lo más importante para tener una visión sobre lo que es la Programación Neurolingüística es saber que se basa en cuatro aspectos fundamentales, los cuales se conocen como los “cuatro pilares”, según Steve Bavister y Amanda Vickers (2014).


Gregory Bateson. Deuteroaprendizaje, Pensamiento Creativo

Aprender a aprender.
Pasos hacia una ecología de la mente
Gregory Bateson (Pág. 323)
Caso:
Tipología de aprendizajes entendida en una jerarquía anillada de procesos estocásticos.



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Descripción:
El aprendizaje como proceso comunicacional–como toda conducta y toda clase de conducta, todo aprendizaje y toda genética, toda neurofisiología y endocrinología, toda organización y toda evolución (Bateson, G. 1998 Pág. 313) – tiene las raíces del conocimiento de su fenómeno en el trabajo fisiológico de Cannon y Claude Bernard, en la física de Clarke Maxwell y en la filosofía matemática de Russell y Whitehead (Bateson, G.1998. Pág. 309) fuente de la revolución de los ingenieros y teóricos de la comunicación.
Así la Teoría de los tipos lógicos de estos últimos es empleada, como una escala por la que hay que ascender, en la enunciación del nodo cognitivo que describe la teoría del doble vínculo inserta en el isomorfismo que plantea el autor entre aprendizaje, genética y evolución (Bateson, G. 1998 Págs. 281 y sig.)
De acciones planificadas y conscientes, pasan a convertirse en hábitos interpretante lógico para Peirce, estudiado en otro contexto mediante su concepto de abducción (Bateson, G.2006 Pág. 157)-, y los hábitos se tornan cada vez menos conscientes y menos sujetos al control voluntario. Supuso [Butler], sin pruebas, que esta habitualización o proceso de absorción podría hacerse tan profunda, que llegara a integrar ese cuerpo de recuerdos que nosotros llamaríamos el genotipo y que determina las características de la generación siguiente (Bateson, G. 1998 Pág. 282)
En esta jerarquía anillada se interesa asimismo por el pensamiento creativo; como hemos apreciado supra, en la teoría básica, el pensamiento creativo ha llegado a asemejarse al proceso evolutivo en cuanto a su naturaleza fundamentalmente estocástica (Bateson, G. 1998 Pág. 284); y por lo tanto integrable en una economía de la adaptabilidad (Bateson, G. 1998 Pág. 285) y una economía de la flexibilidad cognitiva (Bateson, G. 2006. Págs. 163 y sig.), tanto en el estudio de los rasgos de sus productos innovadores y de las prácticas selectivas por parte del ecosistema de usuarios y sus configuraciones, así como en los creativos (variación/selección) y su proceso de estructuración de la complejidad (incertidumbres de la percepción del mediador).
Por ejemplo:
Aprendizaje 0: “Yo ‘aprendo’ de la sirena de la fábrica que son las 12 del mediodía” (Bateson, G. 1998. Pág. 314), rótulo: debe de aplicarse a la base inmediata de todos estos actos (simples o complejos) que no están sujetos a la corrección por ensayo error (Bateson, G. 1998. Pág. 317)
Aprendizaje I: Relación entre estímulo (EC), acción del animal (RC) y refuerzo (Elnc) en los condicionamientos pavlovianos.
Aparecen marcadores de contexto que facilitan la información de la secuencia experiencial y su puntuación. Por ejemplo, el correaje que emplea el experimentador con el perro permite al perro el internalizar los contextos; así se puede diferenciar la correa en el momento del paseo con el amo y en las experiencias experimentales, y la adecuación de la conducta pertinente al caso (externalización por conducta).
La secuencia de experiencia vital, acción, etcétera, está de alguna manera segmentada o puntuada en sus secuencias o “contexto”, que pueden ser equiparados o diferenciados por el organismo (Bateson, G. 1998. Pág. 322).
Otros casos:
– Recompensa y evitación instrumental
– Aprendizaje memorístico
Aprendizaje II: es un cambio en el proceso de Aprendizaje I. Se interesa por los cambios que se introducen en la puntuación de las secuencias vivenciales, así como en los marcadores de contexto. Nodo en el que se articula el doble vínculo.
Partiendo de la investigación de Harlow y su concepto de “aprendizaje situado”, Bateson nos ejemplifica el aprendizaje II describiendo el caso de los monos Rhesus con Gestalt más o menos complejas o “problemas” que los monos debían de resolver para ser reforzados con alimento. Los sujetos experimentales mostraron el aprendizaje del aprendizaje I, aprendieron a aprender el contexto experimental y pudieron aplicar los comportamientos aprendidos de un problema en otros problemas de un conjunto que contenían tipos similares de complejidad lógica (Bateson, G. 1998. Pág. 326)
El aprendizaje por lo tanto abarca dos patrones de contingencias, el patrón general del intrumentalismo (si el mono resuelve el problema, entonces refuerzo); los patrones de contingencia de la lógica dentro de los problemas específicos.
Lo que se aprende en el aprendizaje II es a puntuar los acontecimientos (Bateson, G. 1998. Pág. 330).
Otros casos:
– Aprender a aprender memorísticamente de Hull
– “Aprendizaje revertido” de Bitterman
Aprendizaje III, será difícil y raro, aun en los humanos (Bateson, G. 1998. Pág. 331), tiene lugar una reorganización profunda del carácter.
a) El individuo puede aprender a formar con más facilidad aquellos hábitos cuya formación hemos llamado Aprendizaje II.
b) Puede aprender a cerrarse todas las “vías de escape” que le permitirían eludir el Aprendizaje III.
c) Puede aprender a cambiar los hábitos adquiridos mediante el Aprendizaje II.
d) Puede aprender que él es un ser que puede lograr, inconscientemente, y logra el Aprendizaje II.
e) Puede aprender a limitar y dirigir su Aprendizaje II.
f) Si el Aprendizaje II es un aprendizaje de los contextos de Aprendizaje I, entonces el Aprendizaje III tiene que ser un aprendizaje de los contextos de estos contextos
(Bateson, G. 1998. Pág. 334).
Resulta evidente que, en la capacitación –entendida como autopoiesis desde el aprendiz- de los profesionales creativos, el aprender a aprender contextos (aprendizaje III) es esencial al plantear las analogías y extrapolaciones empleadas como método de combinación edidética y que afectan a la “experiencia estética” del insight en los procesos del pensamiento creativo.
En lo que respecta al carácter inconsciente de estos hábitos de puntuación, observamos que el “inconsciente” incluye no sólo el material reprimido –como apoyaría una teoría psicoanalítica de la creatividad- sino también la mayor parte de los procesos y hábitos de la percepción guestáltica (Bateson, G. 1998. Pág. 331).
Es por lo tanto esencial en la manera de formalizar un comprender los procesos exoconscientes –memoria, preconsciencia, horizontes (Luhmann, N. 1998. Págs. 92 y sig.)…- que se experimentan desde el creador, así como métodos que entiendan el producto de la creatividad como “marcadores de contexto” que mediatizan los conjuntos de sistemas de aprendizaje y memoria –interfaces- de los usuarios en las praxis inherentes a las configuraciones actuales para ellos (en proceso de esquematización y complejidad presente).
Aprendizaje IV.
A otros, más creativos, la resolución de los contrarios les revela un mundo en el cual la personalidad individual se funde con todos los procesos de relación en alguna vasta ecología o estética de interacción cósmica. Que cualquiera de éstos pueda sobrevivir parece casi milagroso, pero algunos se salvan quizá de ser barridos por el sentimiento oceánico gracias a su capacidad de concentrarse en las minucias de la vida. Cada detalle del universo se ve como proponiendo una visión del todo. Estas son las personas para las que William Blake escribió su famoso consejo en los “Augurios de la inocencia”:
Ver el mundo en un grano de arena
Y el cielo en una flor silvestre,
Contener el infinito en la palma de tu mano.
Una eternidad en una hora.

(Bateson, G. 1998. Pág. 336).
Por lo tanto: La tipología lógica permite entender teóricamente la escala en zijzaj ascendente en la jerarquización de contextos (dimensiones), marcadores de contexto y puntuación de la experiencia.
Retomando el análisis previo, los procesos anillados digitales/analógicos permiten al sujeto nombrar la experiencia.
Extracto de:

 -EGB 3-

¿Qué entendemos por metacognición?

Permanentemente los educadores procuramos renovar y mejorar nuestras prácticas. Esta búsqueda se apoya tanto en el conocimiento que emerge de la experiencia áulica como en la apropiación de conceptos provenientes de las investigaciones teóricas. Promover de una manera más sistemática el desarrollo de habilidades metacognitivas por parte de los estudiantes tiene por objeto contribuir a un mejor aprendizaje.
Los fundamentos que no pueden faltar

"Metacognición" es un concepto discutido y aún poco claro, al que se le atribuyen diversas acepciones. La mayoría de los autores proponen dos significados diferentes que se encuentran estrechamente vinculados. Es decir, concebir la metacoginición como producto o bien como proceso.
Nos referimos a la metacognición como producto cuandola vinculamos con el conocimiento que tenemos sobre nuestro funcionamiento cognitivo. Éste es un conocimiento declarativo, “el saber qué”. Por ejemplo, saber que la organización de la información en un esquema facilita la comprensión.
Al referirnos a la metacognición comoproceso, aludimos al conocimiento de los procedimientos de supervisión y de regulación que implementamos sobre nuestra actividad cognitiva al enfrentar una tarea de aprendizaje. Éste es un conocimiento procedimental: “saber cómo”. Por ejemplo, saber seleccionar una estrategia para la organización de la información y estar en condiciones de evaluar el resultado obtenido.
La actividad metacognitiva supone la capacidad que los sujetos tenemos de planificar qué estrategias se han de utilizar en cada situación, aplicarlas, controlar el proceso, evaluarlo para afirmarlo o bien para proceder a su modificación.
Hacia 1976, John Flavell acuña el concepto de "metacognición" para referirse al conocimiento que tenemos acerca de los procesos y productos cognitivos.
En el planteo de Flavell, la metacognición implica el conocimiento de la propia actividad cognitiva y el control sobre dicha actividad. Es decir, conocer y controlar.
  1. Conocer la propia cognición quiere decir tomar conciencia del funcionamiento de nuestra manera de aprender. Por ejemplo: saber que extraer las ideas principales de un texto favorece la comprensión.
  2. Controlar las actividades cognitivas implica planificarlas, controlar el proceso intelectual y evaluarlos resultados.
Para Flavell el control que una persona puede ejercer sobre su actividad cognitiva depende de las interacciones de cuatro componentes: conocimientos metacognitivos, experiencias metacognitivas, metas cognitivas y estrategias.
  • Conocimientos metacognitivos: son conocimientos sobre tres aspectos de la actividad cognitiva: las personas (saber que uno recuerda mejor palabras que números), la tarea (saber que la organización de un texto facilita o dificulta el aprendizaje del contenido) y las estrategias (saber que la realización de un esquema conceptual es un procedimiento que favorece la comprensión)
  • Experiencias metacognitivas: son pensamientos, sensaciones, sentimientos que acompañan la actividad cognitiva. Por ejemplo: cuando sabemos que el texto leído ya lo conocíamos, o bien cuando descubrimos que no sabemos el significado de una palabra, etcétera.
  • Metas cognitivas: se trata de las metas o los fines que nos proponemos en una u otra situación.
  • Estrategias metacognitivas. Aquí Flavell diferencia entre las estrategias cognitivas y las metacognitivas. Las primeras, cuando se emplean para hacer progresar una actividad, y las metacognitivas, cuando la función es supervisar el proceso. La finalidad es lo que las determina. Por ejemplo, lectura y relectura son estrategias cognitivas y hacerse preguntas acerca de un texto leído para verificar la comprensión son estrategias metacognitivas porque van dirigidas a comprobar si se ha alcanzado la meta. Cabe aclarar que autopreguntarse acerca de la información extraída de un texto puede ser una estrategia cognitiva, en tanto y en cuanto apunta a incrementar el conocimiento, o bien puede ser una estrategia metacognitiva en la medida en que sea utilizada para verificar cuánto se sabe sobre la información.
En suma, el conocimiento metacognitivo desempeña un papel fundamental en cualquier actividad cognitiva. Por otra parte, el uso de estrategias cognitivas puede promover experiencias metacognitivas. Por ejemplo, al realizar un repaso sobre un tema, un alumno puede tener la impresión o sensación de haber aprendido o no un tema determinado.
Otro de los grandes aportes al campo de la metacognición, lo constituyen las investigaciones realizadas por Ann Brown (1978). Esta investigadora incluye la actividad estratégica de las personas como lo hace Flavell pero ambos autores la visualizan de diferente manera. Para Flavell las estrategias son una parte del componente cognitivo y metacognitivo. En cambio, para Brown el comportamiento estratégico ocupa un lugar central en la actividad cognitiva.
Desde esta perspectiva, la investigadora define la metacognición como el control deliberado y conciente de la acciones cognitivas. Las actividades metacognitivas son los mecanismos autorregulatorios que utiliza un sujeto durante la resolución de un problema o al enfrentarse a una tarea y esto implica:
  • Tener conciencia de las limitaciones del propio sistema. Por ejemplo, poder estimar el tiempo que puede llevarnos una tarea determinada.
  • Conocer el repertorio de estrategias de las que disponemos y usarlas apropiadamente.
  • Identificar y definir problemas.
  • Planificar y secuenciar acciones para su resolución.
  • Supervisar, comprobar, revisar y evaluar la marcha de los planes y su efectividad.
Es necesario tener algún tipo de conocimiento y conciencia del propio funcionamiento cognitivo. Por ejemplo, si una persona no es consciente de las estrategias de que dispone, es poco probable que logre desplegarlas ante las demandas de una situación determinada.
Aquí Brown diferencia entre la aplicación de una técnica y el desarrollo de una estrategia. Se puede aplicar una técnica en forma rutinaria y mecánica sin utilizarla estratégicamente. La técnica deviene en estrategia cuando es posible determinar cuándo utilizarla, cómo y por qué.
Entonces, la autoconciencia es el prerrequisito de la autorregulación.
En trabajos posteriores, la investigadora distingue dos fenómenos metacognitivos: el conocimiento y la regulación de la cognición.
El conocimiento de la cognición es un conocimiento declarativo, explícito, verbalizable. Es relativamente estable y falible.
La regulación de la cognición, es considerada más inestable y dependiente del contexto y de las exigencias de la tarea y más difícil de verbalizar.
Si bien las perspectivas teóricas expuestas hasta aquí presentan algunasdiferencias, se pueden destacar las coincidencias. Ambos autores ponen énfasis en la conciencia de la propia actividad cognitiva, en las estrategias, en los mecanismos de autorregulación y en la supervisión del progreso hacia la meta.
Flavell y Brown han estudiado las limitaciones en la producción cognitiva, precisamente el fracaso de los sujetos para utilizar espontáneamente las estrategias apropiadas para implementar al recibir una indicación externa. Así como ambos autores difieren en la interpretación de cuáles son las causas de este problema, también las soluciones o las intervenciones que proponen son diferentes.
Para Flavell habría que fomentar la introspección de las experiencias cognitivas, puesto que la limitación reside en una falta de conocimiento de las variables que afectan al rendimiento en tareas que requieren de una actividad cognitiva.
Para Brown en cambio, la intervención debería focalizarse en las estrategias (entrenamiento en el dominio de éstas, pero también control).






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¿Qué entendemos por metacognición?

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